lunes, 28 de febrero de 2011

Historias en una microvellosidad

En un recóndito repliegue de las microvellosidades intestinales de un ser humano cualquiera, un grupo de bacterias recién producidas por mitosis se reúnen alrededor de otra, más grande, plagadada de cilios. Reposa alejada del resto del grupo. Los "jóvenes" brincan a su alrededor, instándole a que les cuente historias de las que tanto han oído hablar a otras bacterias de la Gastrocomunidad.

-¡Venga, cuéntanos! ¡Queremos saber cosas, todo el mundo dice que tú sabes más sobre bacterias que nadie! ¡Venga, venga! - claman al unísono, haciendo vibrar sus pequeños cilios.

La gran bacteria suspira, resignada, y se acomoda entre la mucosa. Los pequeños se colocan en círculo, ávidos de conocimiento. Y empiezan las historias.

jueves, 24 de febrero de 2011

El misterio del ente de color rosa

Aquella mañana comenzó como una mañana cualquiera de un frío mes de noviembre. Nada podía hacerme imaginar los horrores a los que me enfrentaría más tarde, mientras entraba ingenuamente en el recinto que alberga mi habitual centro de trabajo. Porque aunque muchos seres humanos se las dan de conocedores del futuro y sus avatares, lejos está de la mano del hombre conocer los misterios del universo, y osados son aquellos que, como yo, desafían los horrores cósmicos que se esconden en los acontecimientos aparentemente más insignificantes. Habría de lamentar mi ingenuidad y soberbia curiosidad científica más adelante, pero como digo, aquella mañana me dirigí a mi laboratorio inconsciente y feliz, feliz como sólo un ignorante puede serlo.

jueves, 17 de febrero de 2011

¡Personaliza tu tesis!

Los más avispados seguidores del blog notarían el cambio estético que sufrió en determinado momento. Tenía pendiente escribir un post explicando dicho cambio, y finalmente decidí esperar a la fecha de hoy porque se cumplen exactamente dos años desde que servidor defendió su tesis doctoral. ¿Y que tendrán que ver los dibujitos del fondo del blog con mi tesis doctoral? Pues tendréis que seguir leyendo para averiguarlo. Y si no os interesa, pues os vais a otro blog que los hay a capaz...¡que no! ¡No os vayáis, que ha costado mucho reunir un grupo de lectores asiduos!

Figura 1. Imagen central de la portada tesil. El centro activo de tres fosfatasas distintas alineado y una fosfo-tirosina a punto de desfosforilarse (para saber cómo llegó la fosfo-tirosina hasta allí, ver la contraportada en Figura 2).

sábado, 12 de febrero de 2011

Felicidades, señor Darwin.

Hoy hace 202 años (qué número más bonito) que nació nuestro amigo Charles R. Darwin, personaje de capital importancia en la historia de la ciencia que no necesita presentación a estas alturas. Los lectores habituales ya saben la devoción que mostramos hacia este gran naturalista y sus descubrimientos, y no son pocas las veces que lo hemos homenajeado. Pero el aniversario es el aniversario, así que una vez más le dedico a tan eminente figura esta particular felicitación. Para que la tradición sea más tradición aún, este año me ha pillado igual de sopetón que el anterior (en ambos casos el dibujo realizado no ha podido disfrutar del tiempo necesario para una elaboración más digna), y por si esto fuera poco, encima he tirado mano de autoreferencia descarada. Es lo que tiene la egoblogoirrelevancia, amigos.



Pinchad para leerla mejor, porque lo que es verse, no se va a ver mucho mejor.

¡Felicidades, Darwin!


martes, 8 de febrero de 2011

Rompiendo el equilibrio

En 1974 Philippe Petit desafió al mismo tiempo, durante 45 minutos y con una única acción, las leyes de la ciudad de Nueva York, del sentido común, de la amistad  y de la gravedad. Una proeza, una locura, un acto de rebeldía. Un poco de cada cosa, y todo a la vez. Los que vivieron este acontecimiento en su momento pudieron sentir algo extraño, diferente, indefinible: mezcla de asombro, admiración, miedo. La hazaña de Petit provocó un conglomerado de sensaciones que eclosionaba en sus espectadores en formas muy distintas, decantándose hacia el desprecio en unos casos y hacia la total admiración en otros. Treinta y siete años después este conglomerado de sensaciones es capaz de despertar de nuevo en las personas que, como yo, tienen la posibilidad de vivir esta experiencia de la mano del director James Marsh y su increíble película documental Man on Wire.


miércoles, 2 de febrero de 2011

Motivando a la muchachada

Hace unos días leía en Homínidos esta viñeta, graciosa y llena de razón:



Lo cual me hizo reflexionar (absurdamente, por supuesto) hasta llegar a una conclusión: no hace falta. Quiero decir, no hace falta decir a los críos que algún día podrían montar en un T. rex para que les entren ganas de dedicarse a la ciencia. Vamos, que está muy bien, igual que está bien poner como modelo a científicos protagonistas de cintas más o menos influenciables para el gran público (recordemos al Dr. Brown y su DeLorean capaz de viajar en el tiempo, o el joven Peter Parker de los cómics capaz de fabricarse sus propios lanzarredes), pero los ejemplos de la ciencia real, pura y dura, pueden ser en sí mismos muy llamativos y molones sin necesidad de exagerarlos. Voy a proceder a enumerar una serie de palabros científicos que en mi tierna infancia me hubieran producido un vuelo de imaginación singular, atraído tanto por su sonoridad como por las implicaciones que para una mente infantil puedieran tener. Son términos, como digo, que en mi trabajo diario manejo como algo normal y si me lo hubieran dicho siendo crío me hubiera emocionado bastante: