viernes, 26 de julio de 2013

HIST-BIRTH, un proyecto innovador que puedes ayudar a hacer realidad

Hoy os quiero hablar de un proyecto de investigación que participa en un concurso internacional de proyectos innovadores. Hay muchas razones por las que recomendar que aportéis vuestro voto para ayudarles a conseguir, como mínimo, el premio del público; pero como no me gusta recomendar cosas "porque sí", voy a explicar de qué va el proyecto y quiénes están detrás, para que cada cual juzgue.*




miércoles, 17 de julio de 2013

Los primeros serán los últimos

Esta es la historia de un becario. Sí, el becario, esa figura que adolece de una inmerecida mala fama, alguien que se asume como inexperto, novato y molestón que por no tener experiencia no merece siquiera que su trabajo se vea correspondido por unos derechos laborales equiparables a los demás trabajadores. En realidad un becario es, sencillamente, alguien que disfruta una beca, y hasta aquí todo sería normal cuando se es todavía estudiante o se te premia por tus méritos con una beca durante un corto periodo, mientras esperas una financiación más adecuada. Lamentablemente en el mundo investigador se asumió durante muchos años que esta dedicación era algo vocacional y caprichoso que por tanto debía ser remunerado, en todo caso, en forma de beca, sin que a nadie se le cayesen los anillos, aunque dicho periodo becario se alargase durante décadas y el disfrutante peinase canas y tuviese cuatro hijos a su cargo. Pero bueno, los tiempos han cambiado y ya sólo se adjudican becas un tiempo limitado, pasando a cotizar enseguida y a ser considerado un trabajador más. Lo malo es que el estigma de "el becario" sigue existiendo, y si bien es la forma correcta de nombrar a alguien que disfruta (o sufre) una beca, opino que deberíamos referirnos a los trabajadores predoctorales o novatos de otra manera, y no en función de la naturaleza de su financiación. Pero esta es mi opinión y no hay por qué tomarla demasiado en serio. Y además, efectivamente los tiempos están cambiando, más que nunca, pero no para mejor, así que no cantemos victoria porque dentro de poco incluso los viejunos podemos acabar mendigando por una beca con tal de pagarnos las habichuelas. ¿Y a qué viene todo este alegato introductorio? A que hoy os voy a hablar, queridos lectores, de mi becario (sí, cuando se habla de los becarios también se autoadjudican a uno mismo, como un material de laboratorio más, en la tradición esclavista más tradicional).

Los seguidores fieles echarán en falta la presencia de un jovenzuelo redactor que asomó por aquí hace unos meses, publicando pocos pero importantes posts (alguno de los cuales, como este, se encuentran entre los más leídos) y prometiendo aportar savia nueva a este científico-lúdico lugar. Se trata de Pablunchu, a quien vimos por última vez como corresponsal especial en tierras turcas (por mi parte niego cualquier relación entre esta visita y posteriores acontecimientos en la zona, preguntadle a él). 
El chico dejó de frecuentar estos lares absorbido por un trabajo de fin de carrera (de carrera de las de estudiar, no de correr; biotecnología en concreto) que servidor le estaba dirigiendo. Fue justo en ese momento cuando el amiguete @carlespal nos tomó una foto por sorpresa, durante el precioso momento de corrección de una de las últimas versiones del trabajo, y nos obsequió con esta fantástica viñeta que viene que ni pintada para conmemorar lo bien que acabaría todo el periplo que comenzaba con dicho trabajo, como podéis leer más adelante:

lunes, 8 de julio de 2013

Máster Yoda, PhD: una biografía no autorizada

En un post anterior pudimos disfrutar de la transcripción fidedigna de una conversación entre un entrañable joven dispuesto a comenzar su andadura en el mundo de la investigación y su contrariado padre. Allí se mencionaba a un investigador de renombre sobre el que se rumoreaba que llevaba años viviendo de las rentas de unos pocos y afortunados trabajos, mientras en la actualidad sus métodos formativos para con los nuevos becarios dejaban mucho que desear. Desde la redacción de ¡Jindetrés, sal! pensamos que es de recibo aportar unos cuantos datos que arrojen algo de luz sobre esta situación para ver si podemos limpiar el buen nombre de este anciano científico, o más bien demostrar fehacientemente que los rumores tienen una base real y el pobre no tiene mucho más que decir en el mundillo de la investigación.

Para los despistados, el investigador en cuestión es el Dr. Yoda, apodado frecuentemente "Máster Yoda" por la circunstancia excepcional de que en sus aproximadamente 900 años de vida llegó a cursar más de 2500 másteres en distintas disciplinas.